En primer lugar, es importante definir si se trata de una obra mayor o menor, puesto que esto será un importante condicionante a la hora de valorar el tiempo estimado en el que va a mantenerse instalado nuestro andamio.
Una obra de rehabilitación de fachada, por ejemplo, sería considerada como una obra menor. En cambio, hablaríamos de obras mayores en casos en los que la ejecución implique, por ejemplo, la realización de una nueva pared de obra.
Además, debemos describir también las dimensiones de nuestra instalación, especificando todos los espacios que van a ocuparse, ya sean aceras, jardines privados, calzada, recintos, etc. Todo ello sin olvidarnos de indicar también su altura.
Cabe recordar que este tipo de permisos no son gratuitos, pues implican la ocupación de una zona de uso común para fines privados. Cada ayuntamiento establece unas tasas concretas para poder llevar a cabo todo ello de forma lícita.
Si necesitas más información acerca de este tipo de permisos para la instalación de andamios, en la autoridad local en la que necesites operar te facilitarán todos los requisitos necesarios para ello. También puedes contactar con nosotros para cualquier duda relacionada con el montaje y alquiler de tus instalaciones.